Sentido y urgencia de una opción democratacristiana progresista
Hace setenta y seis años, la Falange Nacional se segregó del tronco conservador, para hacer cambios sociales de fondo a la sociedad tradicional de ese entonces. Nuestras raíces no están por lo tanto, en la mantención de un orden injusto, sino en el alma humanista cristiana de cada uno de nuestros militantes, en nuestra doctrina e historia, en nuestra raigambre nacional y popular orientada hacia una sociedad organizada en razón del ideal comunitario. Queremos recuperar para el partido estas raíces, el “agua viva” que lo nutre.
En la síntesis de nuestra reflexión común acerca de la situación política actual, hemos reconocido que nuestra sociedad está sujeta nuevamente a un vertiginoso cambio. Por ello, nos propusimos discernir entre lo fundamental y lo adjetivo, lo transitorio y lo trascendente, lo estructural y lo circunstancial. En ese contexto, proponemos conducir al partido y a la Nueva Mayoría, hacia una acción política de una “gradualidad acelerada” según la demanda de los tiempos. No corresponde ceder a la tentación de considerar “natural” o esencial el orden neoliberal injusto que hoy predomina y fuese heredado de la dictadura. Esa ceguera, puede hacernos caer inadvertidamente, en el desgaste de la democracia, debido a la pérdida de confianza, derivada del ceder o retardar los puntos claves del programa que fue comprometido con el pueblo el 2013. No teniendo por ahora, otra arma a la mano, la derecha conservadora está jugando al desgaste del gobierno que integramos, en cortos cuatro años, para luego recuperar el poder.
Debido a nuestras reticencias y remilgos cupulares inconsultos, la Democracia Cristiana no aparece en la vanguardia de las propuestas, acciones y articulaciones indispensables para abrir “las puertas a la liberación” como lo hizo, en los años sesenta u ochenta del pasado siglo. Así hemos perdido fuerza y nos hemos mantenido en torno al 15% del electorado. Hemos perdido el eje vital de nuestra acción política, el que se encuentra en el fondo de nuestras raíces y de nuestra alma. Para recuperar nuestra legitimidad articuladora, pacífica y progresista, debemos actuar según pensamos y no de acuerdo a conveniencias individuales de algunos que propician un neo-conservantismo. Debemos situarnos ahora nuevamente según señalara Radomiro Tomic “en el hilo de la historia”. “Hacer hoy”, lo que el país nos pide como servicio según dijera Bernardo Leighton.
I NUESTRA POSICIÓN FRENTE AL PAÍS
Despojaríamos de todo contexto la reflexión que emprendemos sobre el Chile de hoy, si dejáramos de reconocer el profundo cambio que la gente dice estar viviendo. Cambio de época para unos. Cambio de ciclo para otros. E, incluso, cambio de las creencias, valores y técnicas, etc. Compartidas, como miembros que somos, de una misma comunidad, ahora eso sí, más plural.
Nos preocupan los cambios políticos y, dentro de ellos, dos o tres que están influyendo fuertemente en la orientación de nuestro futuro. Nos referimos, primero, al debilitamiento de los partidos, debido a la ubicación casi exclusiva del debate y las decisiones políticas fuera de ellos, en el Gobierno, el Congreso o los Municipios. La deliberación fuera de las organizaciones políticas, ha excluido a la sociedad, pues los partidos han dejado de cumplir con su papel de nexos articuladores, canales y vínculos. Nos referimos también, al distanciamiento que se ha producido entre el partido y las creencias humanistas cristianas, a raíz de una acelerada secularización y desacralización de las costumbres. En este breve lapso posterior a la autocracia, han emergido nuevos actores, movimientos e interlocutores sociales, con los cuales el partido ha perdido progresivamente contacto.
Esta separación entre la política y la gente, ha tenido como principal consecuencia la pérdida de injerencia de los militantes en los órganos de decisión internos y de éstos en los asuntos generales del país. Pérdida de representatividad, participación, debate e influencia en las decisiones que debieran ser comunes.
II NUESTRA POSICIÓN FRENTE AL GOBIERNO
Para nosotros que 62 de cada 100 chilenos haya apoyado el programa de la Presidenta Bachelet constituye un compromiso vinculante y, por lo tanto, un desafío que debemos enfrentar con voluntad y sin vacilaciones. Este gran apoyo es el camino trazado por Chile para impulsar la reformas tributaria, educacional y política, los llamados tres ejes, pero también, para llevar a cabo la totalidad del programa en el curso de los cuatro años.
El Parlamento debe ponerse a tono con esta voluntad nacional y contribuir sin obstaculizar sino por el contrario perfeccionando las transformaciones en su esencia. Para lograrlo, debe escuchar a los movimientos sociales, al mundo empresarial y especialmente a las regiones. Es menester oír a los jóvenes, pues a partir de comienzos del milenio y de la vuelta a la democracia, han surgido varias generaciones que pugnan legítimamente por participar en las decisiones sociales y políticas y el partido ha logrado poco espacio en esos movimientos. No podemos negar que la juventud fue un pivote fundamental, para acumular fuerza y tener mayoría en el gobierno de Frei Montalva y posteriormente que ella fue vital en la lucha contra la dictadura. Hoy su presencia pasa a ser indispensable para la vitalidad del partido. Es nuestro deber y voluntad, retomar liderazgo entre los jóvenes con un mensaje progresista, sin resabios conservadores, apuntando hacia un nuevo gran paso de apertura en la liberación democrática de Chile.
III NUESTRA POSICIÓN FRENTE AL PARTIDO
Nadie debe engañarse respecto a nuestra trayectoria progresista y a nuestra visión del conflicto interno. Para nosotros, los grupos conservadores han predominado la mayor parte de este último medio siglo en la historia del partido. Pero durante la mayor parte de nuestros triunfos históricos, se han impuesto las ideas progresistas. Ningún momento es más demostrativo de lo dicho que el actual, por lo cual hay que superar la contradicción. Tenemos un programa progresista, un gobierno progresista, una presidenta progresista, una coalición progresista, pero una conducción democratacristiana conservadora y un progresismo interno fragmentado y debilitado que debemos reorientar para ir más allá, de una mera disidencia.
Por eso, un objetivo de urgente realización es la rearticulación y cohesión del progresismo, lo que debemos conseguir a través de las siguientes iniciativas:
1. Nosotros reafirmamos con convicción la unidad democratacristiana;
2. Proclamamos el respeto de la diversidad dentro de la fraternidad y la disciplina;
3. Nos proponemos recuperar el espíritu de fraternidad en nuestros estilos y maneras de ser y su realización positiva en la garantía de derechos de todos los militantes;
4. Las elecciones territoriales y de frentes deben servir para levantar plataformas comunes hacia las comunidades, organizaciones y movimientos;
5. Donde se tome la representación ilegítima del partido para fijar posiciones de política nacional esto debe ser desautorizado;
6. Debemos actuar en el mundo social y fortalecer desde ahí nuestras posiciones en el debate interno;
7. Debemos iniciar una profunda discusión ideológica en el marco del VI Congreso;
8. Las bases del partido deben recuperar su voz y su influencia en las decisiones del partido.
IV NUESTRA POSICIÓN FRENTE A LAS TENDENCIAS INTERNAS
En un partido como el nuestro donde, desde antaño, concurre la más rica diversidad social, étnica y cultural, y donde el pluralismo ha debido convertirse en principio constitutivo de su democracia interna; nos proponemos buscar la convergencia y el reencuentro de todas las tendencias que declaran domicilio en la tradición nacional, popular y progresista del partido. Por eso, nos proponemos:
1. Reagrupar a los sectores progresistas representados en todas las comunas, distritos y regiones después de la última elección;
2. Vigorizar las alianza entre los frentes sociales y fortalecer su poder de movilización;
3. Abrir espacios, oportunidades y debates en torno a las demandas de las mujeres y los jóvenes;
4. Buscar consensos en las tareas de producción y difusión de ideas.
V NUESTRO PROGRAMA
Estamos convencidos de que el vigor de nuestras luchas arranca de la fuerza de nuestras ideas. Por eso, debemos seguir generando espacios de reflexión, de debate y de diálogo, que nos permitan fortalecer el gobierno, la coalición y el partido. Líneas estratégicas cruciales de nuestro programa serán:
1. Contribuir al diseño y realización de un pacto del progresismo democratacristiano;
2. Desplegar un fuerte trabajo político con y desde los jóvenes y sus movimientos democratizadores;
3. Generar y vigorizar vínculos con las Iglesias;
4. Coordinarse con los parlamentarios progresistas del partido;
5. Asegurar la presencia del mundo social en instancias internas;
6. Promover un gran congreso nacional de educación;
7. Fomentar el cooperativismo en el mundo del trabajo;
8. Instituir la fiesta de la fraternidad en el partido;
9. Instituir la Comisión de Derechos Humanos del partido;
10. Cautelar las debidas garantías de los procesos electorales;
11. Desarrollar nuestras comunicaciones;
12. Amplificar nuestra presencia en las redes virtuales.
VI NUESTRAS TAREAS
Por último, para realizar este programa, pondremos en marcha las siguientes iniciativas concretas:
1. Se constituirá una comisión ejecutiva a cargo de las tareas operativas;
2. Se conformará una comisión política a cargo de fijar líneas políticas;
3. Se constituirán cuatro equipos de trabajo: electoral, formación, contenidos y de comunicación;
4. Se constituirá un equipo de trabajo para proponer fuentes y asignaciones de recursos;
5. Una comisión propondrá la figura más adecuada para un instituto;
6. Contactaremos a toda la militancia;
7. Recuperaremos el registro electoral del partido y ejerceremos un control social;
8. Aseguraremos una mayor presencia en los medios de comunicación;
9. Organizaremos nuestra participación en el VI Congreso;
10. Implementaremos un sitio web.
Julio 2014.
Mariano Ruiz-EsquideBelisario Velasco
José Patricio HuepeRodolfo Fortunatti
Ignacio BalbontínJuan Manuel Sepúlveda M.
Ricardo MorenoPedro Hernández González
Juan Guillermo EspinosaCarlos Aparicio
Carlos Eduardo MenaHéctor Garate W.
Enrique BertránRaimundo González
Juan Eduardo RomeroGabriel Pozo
Hernán KohnenkampfHéctor Muñoz M.
Fernando LeónIgnacio Arriagada F.
María Antonieta EscobarAlejandro González
Jorge ConsalesWaldo Crisóstomo
Ricardo FredesRaúl Donckaster
Miguel Angel BottoRamón Mallea A.
Ramón Mallea S.Jaime Jansana
Juan Miguel JaraM. Isabel Velasco
Soledad LuceroPili Mallea
Giovanna Flores M.Carlos Mecklenburg
Hugo MuñozJuan Miguel Carril R.
Iván PaulAlejandro Carril R.
Florencio CeballosJose Miguel Serrano
Marcel YoungPaulo Donoso Osses
Cecilia AldayAlejandra Miranda